Sentado frente al imponente mar caribe, embelesado por la tranquilidad, en parte producto de la pandemia, viene a mi mente inquieta, la falta de acuerdos entre actores que pregonan enarbolar la misma finalidad. Y es que el hecho de la convocatoria oficialmente a elecciones primarias e internas, al parecer genera más dudas que sosiego.
Quienes demandan cambios en un Pais como Honduras, sumido en crisis profunda debido a la pobreza, falta de oportunidades reales y dignas, sumado al irrespeto a la constitución, demás leyes y las consecuencias que esto provoca (corrupcion, impunidad, entre otros), aún no salen del simple discurso y nos llevan a todos los que anhelamos bienestar común, a escenarios de incertidumbre.
El “enemigo” siempre ha sido hábil, sabiendo confundir la mente del oponente, haciendo creer que de manera individual se puede lograr vencerle.
El “enemigo” vende la idea de que “tu“ eres el llamado a liderar el “ejército“ de “liberación ciudadana”.
El “enemigo“ se alimenta del ego, mismo que enciende la llama de la división interna, volviéndote débil y vulnerable.
El “enemigo“ nubla vista y mente, te lleva a considerar a tu aliado como enemigo y él se viste como tu mejor aliado, es un experto en opacar la línea entre lo correcto e incorrecto, entre lo justo e injusto.
Al parecer, se nos ha olvidado que hemos tocado fondo como sociedad producto del orgullo y el personalismo. Seguimos sin darnos cuenta que la división es “perra” y que aquellas posturas de “...o encabezo yo o no me uno” solo reflejan mezquindad, avaricia y falta de visión.
Creanme que ganarían mucho más, si demostraran capacidad de sacrificio. Bien dice la palabra “el que esté dispuesto a guiar, primero tiene que aprender a seguir y servir”.
Todos aquellos que buscan pero sobre todo pregonan el deseo de cambio, deberán hacerlo primero dentro de si mismo. No esperen que la población cambie su manera “farisea” de otorgar su voto, si como candidato sigues conduciéndote de manera altiva, intransigente y falto en llegar a acuerdos.
Pienso que todos los que estamos del mismo lado, debemos de hacer sacrificios; creer en la capacidad de contribución que posee cada individuo y darle su respectivo valor. El verdadero liderazgo se construye en base al sacrificio y cuando se demuestra voluntad de sacrificio, luego viene la recompensa.
Septiembre 22-2020
Nunca escuches al diablo porque le creerás las mentiras para hacerte sentir que eres el profeta que dará libertad al pueblo segando tu mente ante las cualidades de otros incluso mejores.