"Prefiero ser el ave que vuela en dirección contraria al resto de la bandada, si esto significa defender los principios de libertad y derechos". Frase que cobra relevancia ante lo que acontece alrededor del mundo y en el "nuestro", ¡si! nuestra Honduras.
El auge de liderazgos que buscan control total sobre sus poblaciones se ha vuelto un "cancer" que se esparce con rapidez. Ni el "cuerpo" más saludable y con el mejor cuidado es inmune a su ataque, deterioro y finalmente destrucción.
Esa primera "celula" cancerígena llamada Manuel Zelaya, se ha multiplicado, gana terreno y de no poner las "bardas" en remojo, acabará con el país o mejor dicho, se quedará con el país.
Existe una realidad que no se debe obviar; la gente decente huye al conflicto, le teme a la confrontación y es aquí donde la "proliferación celular" saca ventaja. El "grupito" grita más alto, empuja, golpea y se regordean cuando ven el color rojo, no de su bandera sino el correr de la sangre del prójimo.
No subestimen a Mel, aunque le llamen iletrado, campeño, machista y zurdo, el Olanchano a demostrado tener alto dominio del arte del engaño.
Burló a la comunidad internacional después del 2009, hipnotizó al electorado hondureño con una falsa alianza que le llevo nuevamente al poder en el 2021, tres años después doblegó a los partidos políticos minoritarios e hizo creer al bipartidismo que individualmente pueden derrotarle.
Conscientes que el país puede sucumbir en su totalidad bajo el control de una dictadura real, la inacción concreta de los liderazgos en oposición favorece al dueño de la "Refundación". El más mínimo descuido puede romper la fina cuerda qué aun sostiene al país. Y mientras más se suman al "desmadre" de proyecto político que inició la familia Zelaya Castro, el eco de crispación retumba desde la garganta de Rixi Moncada.
Las oportunidades de enderezar se le agotan a Honduras, de lograr "sortear" la amenaza Zelayista, se requerirá de una nueva administración que no solo cree oportunidades de inversión, empleo y mejoras en la seguridad en general. También se deberá dirigir apoyo al componente social, en especial a los sectores que tradicionalmente se han visto marginados y etiquetados como "minoritarios" por no generarle recurso económico significativo a las arcas del Estado y ante la óptica política no son visibles por su escasa participación electoral.
Aún estamos a tiempo para derrotar a "Loki".
Allan Bernardez
Julio 08-2025
