Juan Hernández persona hacedor de mentira y falso; es jefe inescrupuloso del ilegal régimen Hondureño.
Poniendo absoluta atención del acontecer nacional existe un enmarañamiento de compleja red criminal al mando del Estado de Honduras desde luego que no es nada nuevo viendo la pobreza y miseria a lo que a sido sometida la población con políticas públicas determinadas por la ambición personalista y diseminada a lo largo de la triste historia burocrática del país escrita en el traslape de gobiernos militares a la conformación de la asamblea Nacional Constituyente en los años de 1980 a 1982 dando paso a procesos de elecciones libres, en el marco de la democracia participativa representativa pero, nunca incluyente.
En los últimos 15 años tal vez un poco más en el Departamento del valiente Cacique Lempira representado en nuestra moneda de curso legal se gesta el más siniestro complot cual profundo infierno del personaje que representa la maldad con alto poder conspirativo desde el interior de un cuestionado partido asaltado por el crimen organizado visto como asesino en masa desde el gobierno con la torpeza del célebre dictador Tiburcio Carías Andino un ser implacable y despreciable por actos de carnicería y fusilamientos despiadados contra la población, tal, es el caso del pueblo Garifuna de San Juan en el municipio de Tela.
El muchacho de Lempira auto proclamado el indomable indio llamado Juan Orlando Hernández Alvarado hizo un montaje con todo tipo de patrañas y respaldado por una peligrosa, además, de violenta red de narcotraficantes que fueron indetectables para la justicia e inteligencia militar y policial por aceptar coimas, regalías y obsequios deshonrosos dejando operar libremente en el país y asumir el liderazgo político en el Partido Nacional que fermentaba la necesaria condición propicia (caldo de cultivo) que necesita el crimen organizado en términos de alcanzar sus fines propuestos apoderándose sutilmente hasta tomar el poder de manera ilegal y arbitraria con la violación de nuestra Constitución aboliendo así el estado de derecho dominando la institucionalidad a su merced y diría con respaldo de la mal llamada democracia de los países amigos del orden internacional particularmente de los Estados Unidos de América.
Ya instalado el ilegal régimen jefeado cual hampa salida de la más profunda entraña infernal se robustece el robo descarado a vista y paciencia de quienes debían ejercer autoridad en defensa de los bienes que pertenecen al pueblo, pero era por demás, siquiera pensarlo, pues, el Estado de Derecho murió por asesinato y la institucionalidad una marioneta del inescrupuloso dictadorzuelo que burlándose del país le pone la cara de tonto, tal cual es, en acaparamiento de la riqueza perteneciente a todos con la desatención de los programas para el desarrollo nacional en mayor impacto a la salud y educación pilares fundamentales en una nación verdadera, más, si esta sufre los embates de la inmisericorde miseria.
Cierto es que Juan Hernández es un personaje hacedor de mentiras y falsedades espurio con alto índice de vivesa para robar rodeado de aduladores y lacayos listos para embrutecerlo sacando provecho del botín de forma inhumana y descarada frente a la enfermedad COVID-19 pandemia de gran letalidad que amenaza la vida por el juego premeditado e intencional y malévolo burócrata que abandonaron sin piedad al sistema sanitario hoy con el mayor número de muertes que desenmascaran las verdaderas intenciones del macabro e infernal sujeto en mención respaldado hasta por pastores protestantes idólatras.
Bueno lo antes señalado, pero, realmente, cual, es la propuesta que debemos hacernos la gran mayoría afectada hasta la muerte: por mala salud, hambre, falta de empleo; entre tantos por mencionar, que, pasa con los líderes políticos en cada partido legalmente inscrito; las estructuras sociales organizadas ninguno por si solo podrá con la organización criminal que secuestró al partido nacional y por consecuencia a Honduras; en todo y en el mejor de los casos podemos vencer creando la fuerza real opositora representativa, participativa e incluyente que desde luego y de ser la intención de recuperar el respeto por la Constitución, el Estado de Derecho, la Institucionalidad en el marco de una verdadera Democracia pedida a gritos por la gran sufrida población; si alguien se cree el ungido y dice ser llamado por Dios para ser el Presidente de la República simplemente está errado.
Columna de libre opinión, no intento quedar bien con nadie, salvo, contar con un país de derecho legal.