Después de las elecciones generales del 2017 (segundo mandato inconstitucional del ex gobernante Juan Orlando Hernandez) muchos hondureños, desempeñándose en distintas áreas, nos comprometimos con la tarea de aportarle a la ciudadanía mecanismos de discusión y análisis que contribuyera al despertar de mentes y que impactara de manera constructiva en la próxima elección de autoridades públicas. Fue así como después de muchos tropiezos y ajustes de última hora, los esfuerzos favorecieron a quien hoy ostenta la calidad de primera mandataria del Pais. Los no militantes del Partido Político ahora en el poder, asumieron que la llegada de una nueva figura al Ejecutivo traería vientos de transformacion y cambio positivo al país. A esto, se le acuñó como "Refundación". Y es que la "Refundación" creaba la oportunidad perfecta para también "Reconciliar" la nación; nación conformada por millones de familias confrontadas por las diferencias internas de DOS. Mientras unos intentaban dejar atrás el pasado polarizante, otorgando el bálsamo que acompaña al "Perdón y Arrepentimiento" a través del VOTO POPULAR, otros enarbolaron la bandera de la venganza, recordando a gritos su frustración y desavenencias. Recala frase de "Golpista" y "Narcodictadura". Se eleva la intolerancia contra todo aquel o aquello que no se alinea a la voluntad del "Omnimodo". Atrás quedaron aplausos, halagos y admiración por posturas firmes y valientes ante el otrora gobernante. El discurso "...cuando ellos lo hicieron ¿por qué no hablaste?" es falso. Muchos hablaron y lo seguirán haciendo con el pesar de que una vez más se perdió la oportunidad de fortalecer la convivencia ciudadana. La amenaza se torna real, las acciones validan las palabras. El reclamo de un sector de sociedad civil se fortalece al resistir la cooptacion política y al hacerlo recibir un fuerte llamado de atención que amenaza su independencia. A menos de 1 año de ostentar la presidencia de la República, las señales no son las mejores. Comienza a conformarse nuevamente dos grandes bloques, casi los mismos actores, unos intercambiando roles, otros al acecho. Lo cierto es que Honduras sufre de heridas muy profundas difíciles de sanar. Allan Bernardez Septiembre 28-2022
Comparto pensamiento, pero con la esperanza que en algún corazón se entreteja fuerte liderazgo solidario que no pinte a unos de un color y a otros los excluya por no compartir pensamiento o filosofía; la dura realidad que nos toca afrontar es ser concientes que nuestro país está más frágil que nunca en todo aspecto y urge un renacer que solo se forja desde la UNIDAD, esa que todavía no se consolida. Seguimos esperando un cambio y desde nuestras trincheras haciendo el esfuerzo diario por ver una HONDURAS con dignidad.
Es claro que el conflicto Manuel Zelaya - Salvador Nazrralla a lo interno del gobierno Castro Zelaya de LIBRE - PSH - PINU SD desarticula la esperanza de una verdadera reconciliación nacional, lo que, estimula candidaturas presidenciales prematuras al calor del pleito complicando aún más el esfuerzo de ver una Honduras encarrilándose al sendero del desarrollo que todos hemos deseado; excelente pensamiento escrito.