Los discursos que eleva la mandataria hondureña en eventos internacionales, no son nuevos ni evocan emociones y aplausos que hacen levantar de sus asientos a la audiencia. No cabe duda que las palabras replicadas por la exponente, son parte de un guión elaborado por manos y mentes foráneas, muy alejadas de los intereses y visión de los hondureños.
¿De que sirve viajar tan lejos e invertir grandes sumas de dinero para esbozar los mismos discursos de otros mandatarios? Frases similares salían de la boca de Fidel Castro y Hugo Chavez, ambos fallecidos. ¿Será que la Presidente de Honduras aún no entiende que la particularidad del país le exige impulsar un modelo de desarrollo propio de su gente, de sus características culturales y demograficas?
Lo más intrigante y contradictorio del discurso anti-imperialista de quien nos representa (por coyuntura política) es que después del "sustantivo", el "verbo" es completamente distinto a su "predica"; ella disfruta de la comodidad de los autos de combustión que contaminan el ambiente, respirando el aire acondicionado con mucha más pasión que el oxígeno del campo.
De verdad que la hipocresía del discurso supera los abrazos, sonrisas y besos fingidos hacia aquellos menores y adultos mayores que sedientos de calor y muestras de afecto se dejan estrujar por la frialdad del acto.
Mi mente se ve invadida por las imágenes de Ex mandatarios de países "socialistas", promotores de una esclavitud física y mental, disfrazada de libertad asistencialista y cortoplacista.
Las revoluciones sociales genuinas no deben ser lideradas por burgueses que persiguen ampliar sus privilegios y ser "venerados" como deidades sino por almas oprimidas y mancilladas por el sistema que luchan por espacios de superación.
Allan Bernardez
Diciembre 7-2023